Dos grupos de teatro de lengua diferente se han unido para montar esta pieza: uno, griego, Thel; otro, español, Theatrum.

Hamlet all’improvviso fue concebida como una “pantomima salpicada de texto” basada en la pieza de William Shakespeare The Tragedy of Hamlet, Prince of Denmark. Pantomima que se esfuerza por escenificar los calderones del drama sin ocuparse de los detalles, dejando así a la memoria y a la imaginación del espectador el cuidado de dar cuerpo a “la carcasa de la bestia” que se perfila ante sus ojos.

En realidad, hemos intentado apoderarnos del ruido y del furor de esa pieza ciñéndonos al curso de su recorrido por el lenguaje corporal, y arrojando a las orillas sus diálogos, por cautivadores que sean. Ahora bien, sin proponérnoslo, unos puñados de palabras se han colado entre los gestos, y los personajes las han recogido en catimini. La recolecta, gracias a Dios, ha sido escasa, pues las dos troupes que se han reunido en el escenario all’improvviso tienen hablas diferentes, y el exceso de palabras hubiera podido acabar en una desconcertante torre de Babel.

Así pues, en el escenario, cuerpos constantemente atareados, pero casi mudos. Para personajes extraños y no precisamente a sus anchas en los meandros sórdidos y las costumbres subidas de tono de la corte de Elsinor. Lo que no les impide esbozar sobre un estrado salpicado de notas musicales animadas, gestos y pasos de danza que rezuman la alegría de representar su historia.

El estreno de Hamlet all’improvviso tuvo lugar el 9 de octubre en el teatro de l’Abbaye de Neümunster de Luxemburgo. La pieza fue creada en el marco de “Luxemburgo, capital cultural europea 2007”.