La historia de Anfitrión proviene de la mitología griega. Ya fue el tema de una tragedia, hoy perdida, de Sófocles y no ha dejado de inspirar a numerosos dramaturgos en el curso de los siglos, como Plauto, Camões, Rotrou, Dryden, von Kleist o Giraudoux. Incluso el nombre de dos de sus protagonistas, el propio Anfitrión y Sosias, se ha incorporado a varios idiomas para designar a quien invita y a quien guarda gran semejanza con otro (con la ironía de que ni Anfitrión invitó ni Sosias quiso semejarse a nadie).

Jean-Baptiste Poquelin Molière (1622-1673) estrenó su Anfitrión en 1668. Entonces su compañía ya era la favorita de Luis XIV y bajo el nombre de Troupe du Roy actuaba en el Palacio Real. La obra conoció un gran éxito, en parte debido a su puesta en escena espectacular, con máquinas voladoras que llevaban a los dioses.

Se ha querido ver en este Anfitrión una crítica a los amoríos de Luis XIV o incluso una reflexión sobre la condición de marido engañado del propio Molière. Pero en esta obra, además de los temas sentimentales, se abordan otros, como la angustia ante la pérdida de la identidad o la amargura de quien vive bajo el dominio de otro: el criado frente al amo o el ser humano frente a dios. 

Molière, que además de autor era actor, director y empresario, aplica todo su oficio en esta comedia. Siguiendo la máxima castigat ridendo mores (corregir las costumbres con la risa), se aprovecha de las contradicciones de sus personajes para indagar en la naturaleza humana, pero se abstiene de imponernos una moraleja.

Anfitrión se estrenó el 24 de junio de 2009 en el  Kassemattentheater de Luxembourg.